Kryopolar con sede en Valencia (España) empezó en el año 2011 con la investigación y desarrollo de equipos criogénicos en Rusia y Ucrania, empezando con máquinas alimentadas con electricidad y gases refrigerantes.
Posteriormente la UE puso fecha tope para la eliminación de estos gases, obligándonos a buscar otra alternativa para conseguir las temperaturas extremas que necesitábamos (-110°C. aprox.) y en el año 2020 empezamos a desarrollar nuestros nuevos equipos que ahora funcionan con electricidad y como refrigerante solo utilizamos aire (R729), con un potencial de calentamiento global 0 (GWP).
Desde nuestros inicios nuestro objetivo ha sido aplicar los grandes beneficios de la crioterapia sistémica a deportistas de alto rendimiento, amateurs y personas que busquen mejorar su bienestar.
Colaboran con nosotros un grupo de médicos naturistas encargados de buscar nuevas aplicaciones con la crioterapia sistémica.